El 80& del abastecimiento a los mercados locales, exposiciones ganaderas y eventos lúdicos de animales vivos se hace en camiones ilegales. Esta situación se agrava por el hecho constatado de que dicho transporte ilegal de animales vivos se realiza sin las debidas inspecciones de higiene y salubridad por parte de la Guardia Civil y de estos transportistas.
Las denuncias a este respecto se vienen sucediendo desde hace años por parte de los transportistas y empresas de transporte legalmente constituidas. Desde UITA reclamamos a las autoridades que dejen de hacer oídos sordos y vista gorda a un fraude sangrante para los transportistas de ganados que cumplen a rajatabla la normativa de transportes y también la de transporte de animales vivos. Y, sobre todo, porque pone en riesgo la salud del animal y del futuro consumo humano.
Existe una ausencia absoluta en el transporte de ganado hacia los mercados y de estos hacia los mataderos y granjas
Desde UITA denunciamos este tipo de prácticas de transporte ilegal al amparo de autorizaciones de transporte privado complementario, expedidas a personas bajo licencia de tratantes de ganado, o de explotaciones agrícolas y ganaderas.
Según la normativa actual vigente, estas autorizaciones sólo y exclusivamente son válidas para transporte de ganado de su propiedad. Hemos podido comprobar que las empresas y transportistas que se amparan en ella no cumplen esta premisa ya que se están dedicando casi de forma exclusiva a realizar transporte público mediante retribución económica, actividad reservada a autorizaciones de servicio público y a transportistas debidamente inscritos en los registros correspondientes de la Administración competente.
Mientras se observa cómo otros subsectores del transporte se les hacen inspecciones periódicas y aleatorias, incluso en carretera, existe una ausencia absoluta en el transporte de ganado hacia los mercados y de estos hacia los mataderos y granjas, normalmente realizados por conductores que de forma fraudulenta conducen y transportan en estos vehículos irregularmente sin que las inspecciones de transporte y la guardia civil persigan estas prácticas desleales hacia los transportistas legalmente establecidos.
El fraude es incluso más grave, ya que, en numerosos casos, los conductores que realizan estos transportes están jubilados, por lo que, además de incurrir en competencia desleal con otros profesionales en activos, se incurre en un fraude a la Seguridad Social, y a la Hacienda, puesto que dichos cargos eluden el pago del IVA del ganadero al transportista.
Hacemos un llamado a la Inspección del Transporte y a la Guardia Civil de Tráfico, especial de transporte y de agentes de SEPRONA, para que se controle de forma inmediata el fraude en este subsector.
Existen suficientes medios para controlar esta piratería más allá de los controles en carretera, como el control de acceso e inspecciones en los centros receptores, mataderos, mercados y granjas. Recordamos que los ganados que se mueven a día de hoy, deben disponer por normativa legar de una exhaustiva documentación de control que queda constancia de los propietarios, la identificación de las reses, quién es el transportista, quién es el vendedor y comprador y quién es el destinatario de la red.
Es por ello que reclamamos realizar los controles de transporte directamente en el origen, punto de partida y unión del fraude en el transporte de animales vivos.